viernes, 30 de diciembre de 2011

Aguantando el castigo...


Por enjuto y enclenque que le parezca, el borrico argelino tiene los lomos sólidos... Ya lo necesitan para soportar todo lo que soportan. Pregunte usted a los árabes. Fíjese cómo explican nuestra organización colonial...

Arriba, dicen, está el mouici el gobernador, con un grueso garrote, que pega al Estado Mayor; éste a su vez, pega al soldado para vengarse; el soldado pega al colono, el colono al árabe, el árabe al negro, el negro al judío, y el judío, cuando le toca el turno, pega al pobre borrico; como el pobre borrico no tiene a quién pegar, no le queda otra solución que presentar el lomo y llevar toda la carga.

Ya ve usted si puede llevar entonces todas sus cajas...

Príncipe Gregory de Montenegro
TARTARÍN DE TARASCÓN

miércoles, 28 de diciembre de 2011

De barcos y mujeres...


Sé de hombres que gastaron cienmil libras contantes y sonantes por barcos diseñados por los mejores ingenieros navales, construidos en los mejores astilleros de Holanda o de Inglaterra, con el casco de acero, la cubierta de teca y todo tipo de cosas a bordo: radar, lavadoras eléctricas, aire acondicionado, piloto automático, y que maldijeron el día que el condenado trasto fué botado al agua, estuvieron dispuestos a venderlo por el precio de una caja de whisky, y no encontraron comprador.

La palabra razonable no ser emplea cuando se habla de barcos. Lo que es razonable para un hombre, es una completa locura para otro, si entiende lo que quiero decir. Por ejemplo: un hombre tiene un barquito que es una monería, que tal vez le ha costado veinte o treintamil libras, pero tal vez su mujer se marea continuamente, o sus negocios han ido mal este año y los acreedores le siguen la pista, o ha hecho mal tiempo para navegar, o ha bajado la bolsa y los comunistas parece que van a hacerse del poder en Francia o Italia, o que va a haber guerra, o que los inspectores del fisco le persiguen por alguna trapacería, quizá por que no declaró que había pagado el barco con dinero guardado a escondidas en un banco de Suiza. Por consiguiente, tiene prisa en desprenderse de el, y precisamente aquella semana, nadie quiere comprar barcos...

Los barcos son como las mujeres: algunas cuestan caras, otras, baratas. Pero el precio que pagas nada tiene que ver con la satisfacción que te producen.

Jennings
HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

domingo, 18 de diciembre de 2011

La publicidad


La forma de conseguir que le reconozcan a uno en este mundo es sobresaltar a la gente.

Alguien dijo una vez que una mala publicidad era mejor que ninguna publicidad. Pero yo digo que la mala publicidad es mejor que la buena publicidad. Escandaliza a la gente y te recordarán.

Cualquier torpe hijo de perra puede conseguir buena publicidad.


Teniente Culpepper
DE AQUÍ A LA ETERNIDAD